Turismo Miño
Ponte do Porco, el rincón de Miño con un paisaje que hechiza
Una panorámica vinculada al estado de la marea
Un lugar con pequeñas casa bajas integradas en su entorno, que fascina por su bonito paisaje.
Una de las cosas más curiosas de este pequeño estuario es lo cambiante que resulta el entorno según la situación de la marea.
Durante la pleamar el agua inunda la cuenca, que dejando a flote las embarcaciones tradicionales, le dan una apariencia de pequeño puerto natural casi idílico.
La tonalidad de su luz, el reflejo en el agua de las nubes y la vegetación que la rodea inspiran el mejor de los cuadros.
La presencia del río, su puente, el mar, los barcos, las casita al borde del río, la clara arena, la vegetación… suman una combinación de elementos que se fijan a través de todos nuestros sentidos, haciéndonos disfrutar intensamente de cada momento.
Con la bajamar el cauce del río se alarga en su recorrido en búsqueda del mar. La playa amplía sus horizontes en ambas orillas. Los amantes de la playa deberán pasear un poco más para conseguir una zona de mayor profundidad para el baño. Los embarcaciones varadas escoran sus panzas en la arena, como si se dejasen embaucar por una placentera siesta.
Los matices de los coloren se tornan, adquiriendo diferentes tonalidades y luces según su calado del agua.
Un banco natural de alimentos para las aves limícolas
Estas zonas del espacio intermareal son las preferidas por las aves limícolas, que las barren en busca de pequeños invertebrados o moluscos para su alimentación. Es el caso de los corremolinos, los zarapitos o los ostreros, entre otros muchos entre los que visitan estos arenales.