Turismo Miño
Una ruta increíble apta para todo el mundo
La senda de los sentidos es una camino peatonal y lineal de algo más de un kilómetro, que comunica el paseo de la playa de la Ribeira- puerto de Miño, con el paseo de la Alameda en Ponte do Porco. La senda serpentea según le marca la vegetación y la orografía, repetando sus características.
Al ser lineal se puede iniciar en cualquiera de sus extremos. Por su escasa dificultad resulta perfecta para realizar en familia, con especial atención en la zona de acantilados.
Entorno privilegiado e interés paisajístico y medioambiental
Está situada en el espacio natural de mayor valor de Miño, por su elevada riqueza de especies silvestres de flora y fauna. Se ubica dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Betanzos- Mandeo, en un área calificada como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y clasificada como Zona 2 dentro del Plan Director de la Red Natura 2000, correspondiéndose con la desembocadura de los ríos Lambre y Mandeo en la ría de Betanzos, zona de gran interés medioambiental y paisajístico.
El circuito principal de la senda marca las zonas de paso en un entorno protegido por su valor ambiental, manteniendo áreas libres de circulación para mejorar su biodiversidad.
La senda que conseguirá despertar todos tus sentidos:
-La vista con sus panorámicas sobre la ría de Betanzos desde sus distintos miradores.
-Los sonidos con el canto de las abundantes aves que la pueblan.
-Los aromas de su vegetación mezclado con el salitre del mar que provocan curiosos contrastes de olor
Increíbles miradores
La ruta consta de cuatro miradores naturales que se convierten en espacios pequeños y tranquilos para la contemplación del paisaje, todos ellos con unas fantásticas panorámicas de la ría de Betanzos.
Sus nombres hacen referencia a la vegetación que los caracteriza. Si comenzamos la ruta desde el lado de la playa de A Ribeira los veremos por el siguiente orden:
Miradoiro da Ondalonga
Miradoiro do Salgueiro
Miradoiro dos Loureiros
Miradoiro do Carballo
El paseo do Silveiral
Entre los dos primeros miradores anteriores encontramos el paseo do Silveiral.
Este ecosistema que a veces consideramos maleza tiene un gran valor para la diversidad, ya que proporciona alimento y refugio a aves y resto de fauna.
Podremos observar la abundante zarzamora con sus exquisitos frutos (moras),el espino albar o majuelo con sus vayas rojas, el endrino con su fruto agridulce, el laurel con su característico aroma, los robles, y el saúco de bayas oscuras.
Hace más de medio siglo esta zona estuvo cultivada. De esas huertas aún se conservan árboles frutales: castaños, nogales, perales y manzanos son los más numerosos.
Entre algunas de las aves que podemos ver y escuchar están los herrerillos, las currucas zarceras, o los mosquiteros musicales. El carrán cristado, el chorlitejo grande, la garza real, la garceta, y el cormorán grande pueden ser avistados en las riberas.
El rapaz abejero europeo, la golondrina dáurica, el avión roquero o el ánade azulón sobrevuelan la zona buscando comida.
Un increíble final de la senda de los sentidos
En el final de la senda dos sentidos enlazamos con el paseo de la playa de la Alameda, cuyo nombre viene dado por la plantación de plátanos que la rodea.
Este paseo por la desembocadura del rio Lambre termina en Ponte do Porco donde podremos contemplar su puente medieval (link), el monumento a los Andrade (link) y ubicar la bonita leyenda de Roxin Roxal (link).
Cruzando la carretera N 550 hacia Paderne podremos ver el medieval Ponte do Lambre, por donde transcurre el Camino Inglés y a unos 5 km aproximadamente la minicentral de Güimil con la Ruta dos Muiños do Río Medio (afluente del río Lambre) y a Capela da Nosa Señora de Guadalupe con la Fuente de Augas Santas.
Totalmente señalizada
Esta senda cuenta con paneles de interpretación que acercan al visitante al patrimonio natural y etnográfico del entorno.
Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)
Abejero Europeo (Pernis apivorus)
Curruca Mosquitera (Sylvia borín)
Reglas y consideraciones para realizar esta ruta
Por todo ello se ruega silencio durante la ruta para no molestar a las aves que la habitan y también llevar atadas a las mascotas en todo momento, ya que pueden suponer una amenaza para la conservación de la fauna autóctona. Este espacio carece de papeleras porque cualquier depósito de basura atrae a animales salvajes que lo pueden esparcir por todo el entorno. Es responsabilidad de todos colaborar en el mantenimiento de un lugar con valores tan especiales como este.