Turismo Miño
El Camino Inglés a Santiago de Compostela
Ambas rutas confluyen en Bruma, cerca de Mesón do Vento, para seguir de la mano hasta la capital gallega.
El ramal de Coruña es el menos transitado, debido al recorrido total, algo inferior a los 100 km. mínimos exigidos por el cabildo de la catedral de Santiago para obtener la Compostela. Las excepciones están marcadas para los residentes en A Coruña, y aquellos peregrinos del Reino Unido, Irlanda, Brasil y Argentina que hayan realizado previamente algún tramo del camino en su país de origen.
Al estar ante uno de los Caminos de Santiago más reducidos, nos encontramos con una tercera opción más habitual cada año: la que, partiendo de Ferrol, al llegar a Bruma se dirige en bus hasta Coruña, desde donde, discurriendo nuevamente por Bruma, se realiza el recorrido lineal hasta la catedral.
Origen y evolución de este camino
El origen de esta ruta Jacobea lo encontramos en las rutas marítimas utilizadas desde la mitad del siglo XII, en la Europa Medieval, por los peregrinos procedentes del Norte. En el Alto y Bajo Medievo no sólo los Ingleses optaban por esta ruta, sino que también era navegada desde los Países Escandinavos, los Países Bajos, Bretaña, Irlanda y Escocia mayoritariamente. Arribaban a los puertos más estratégicos como de Ribadeo, Viveiro, Ferrol, Neda, Pontedeume o Coruña (El Parrote o El Burgo), desde donde hacían la peregrinación hasta Santiago.
Estos peregrinos compartían la logística de las rutas comerciales con la península, donde los barcos además de provisiones y mercancías, transportaban también peregrinos, convirtiéndose en una ruta comercial y de pasajeros. La primera licencia documentada para el transporte por mar de peregrinos ingleses data de 1235.
En los primeros siglos del fenómeno Jacobeo, quienes decidían peregrinar a Santiago desde el Norte debían atravesar primero el Mar del Norte, el Canal de la Mancha o el Golfo de Vizcaya, para continuar la larguísima ruta por tierras navarras, castellanas o gallegas, en un viaje azaroso y lleno de riesgos.
Llegaban navegando a los puertos de Ribadeo, Viveiro, Ferrol o Coruña desde donde comenzaban la ruta hacia la catedral compostelana. La estratégica situación de estos puntos potenció la ruta. Aventurarse a este periplo náutico, con todos sus riesgos, reducía el peregrinaje a unas tres semanas, frente a los cerca de cinco meses que tenía de duración para cruzar Francia, y los exigentes Pirineos, por unos recorridos con abundantes malhechores y ladrones.
Este auge desde el siglo XII al XV resultó una próspera fuente de ingresos para la Hacienda Real y el Cabildo de la Catedral, que se beneficiaban de los aranceles aduaneros impuestos a los navíos.
Unos trecientos años después de la Inventio o descubrimiento de la tumba de Santiago en el siglo IX, la peregrinación se convirtió en un fenómeno social al que no fueron ajenos los anglosajones. Santiago se convierte en esta época en la tercera gran ruta de peregrinación, comparable a las que transcurrían hacia Roma y Tierra Santa.
En 1122 el Papa Calixto II concedió a Compostela la celebración de Años Jubileos in perpetuum, en los que los peregrinos obtendrían ante el Apóstol la indulgencia plenaria, todo un reclamo para los creyentes de mundo el mundo.
Por otro lado, en la Baja Edad Media, los continuos enfrentamientos entre Francia e Inglaterra hacía más segura la ruta marítima que la terrestre. Con la guerra de los Cien Años (1337-1453) el paso por Francia fue vetado para los ingleses.
El enfrentamiento del rey de Inglaterra Enrique VII (1509-1547) con el Papa debido a su divorcio con Catalina de Aragón, fue el origen de la iglesia de Inglaterra, del anglicanismo y de la reforma protestante. Enrique VII prohibió las peregrinaciones a Santiago, y Martín Lutero, que consideraba dicha peregrinación una blasfemia, triunfa en las corrientes protestantes Europeas.
Las guerras entre España y el Reino Unido entre los años 1585 y 1604, provocaron ataques a la población costera por parte del corsario Francis Drake, y el desastre de la Armada Invencible (1588) no mejoró la situación. Este contexto condenó a esta ruta al ostracismo durante siglos. No es hasta el siglo XX cuando el Camino Inglés recupera su tránsito.
La ruta marítima se ha perdido aunque se conservan algunas conexiones en ferry desde el Reino Unido con los puertos de Bilbao y Santander, ubicados ya en el Camino Norte.
Todos los peregrinos, de cualquier origen y condición, han contado con la protección de monasterios u hospitales fundadas por órdenes religiosas. En el Camino Inglés se estableció la orden hospitalaria Sancti Spiritus.
Una ruta con abundantes peregrinaciones documentadas.
En 1147 una escuadra de soldados ingleses, alemanes y flamencos visitó la Basílica y la ciudad de Santiago. En su camino hacia Tierra Santa pararon en Lisboa, ayudando al primer rey de Portugal a liberar la ciudad, que en 1255 se convertiría en la capital del país.
Las peregrinas a Santiago también han dejado una profunda huella en el camino. Es el caso de Margery Kempe, que en 1417 llegó a Compostela. Partió de Bristol para llegar a Galicia en barco. Parece que es la única mujer peregrina del medievo de la que se tiene constancia, a través de un relato considerado la primera autobiografía en habla inglesa.
El monje islandés Nicolás Bergsson nos deja la descripción escrita de su viaje, entre los años 1154 y 1159, desde Islandia hasta Roma pasado por Santiago.
Consta en los registros que en 1424 embarcaron más de 3.000 peregrinos en A Coruña.
Con cierta frecuencia, los peregrinos más distinguidos, hacían ofrendas a Santiago al final de su camino. Es el caso de el clérigo John Goodyear, peregrino en el año jacobeo de 1456, quien realiza la donación de un retablo portátil de alabastro con cinco escenas de la vida de Santiago. Se puede ver en el museo de la Catedral.
El gran viajero William Wey relataba en 1456, tras cuatro días de navegación entre Plymouth y Coruña, su encuentro en la bahía con 84 navíos fondeados, 37 de ellos con bandera inglesa. Encontró el puerto lleno de gente de Inglaterra, Gales, Irlanda, Normandía, Bretaña y otros lugares.
Otro testimonio de las peregrinaciones británicas son las piezas de cerámica inglesa de los siglos XIV y XV encontradas en las excavaciones de la Catedral.
Características del Camino
El camino Inglés es una de las rutas menos conocida, que nos regala una Galicia verde por la que llegar a Compostela en menos de una semana.
Estas tierras esconden en cada esquina vestigios del pasado, salpicado de castros, puentes medievales, o restos de romanización. Posee una rica variedad cultural, histórica y paisajística en las que el caminante se siente parte de un entorno excepcional, resultando una experiencia única.
Permite realizar el trayecto disfrutando del embrujo de sus paisajes, con el misticismo de la soledad, siguiendo los pasos de los que lo recorrieron años atrás.
El atractivo de esta ruta reside en su variedad paisajística y la tranquilidad de su recorrido, sobre todo si lo realizamos fuera de la temporada de mayor afluencia.
Con un fuerte carácter costero, discurre por tramos paralelos al mar y se adentra en verdes paisajes con bosques frondosos. Se desliza entre zonas rurales y aldeas de interior. Se trata de un sendero poco transitado ideal para viajeros de alma solitaria que deseen gozar del camino de manera anónima.
El peregrino puede organizarlo en tres etapas desde A Coruña y cinco desde Ferrol, en un camino muy poco masificado.
Es asequible en cualquier época del año, aunque los frentes atlánticos hacen que la lluvia pueda estar más presente en ciertas estaciones.
Combina los paisajes marineros de las rías de Ferrol, Ares y Betanzos , con tramos por territorio rural, con diseminadas poblaciones solitarias y pequeñas aldeas dedicadas a la ganadería y agricultura.
El camino es un relevante elemento a la hora de dar a conocer el patrimonio de la zona y su atractivo paisajístico.
Algunos trechos recuperaron antiguos caminos reales, aunque el firme que predomina es el asfalto.
Atraviesa cuatro núcleos históricos importantes: La peninsular ciudad de A Coruña, Ferrol con su diseño ilustrado y modernista, Pontedeume bajo la tutela de la familia Andrade, y Betanzos con su casco medieval y el parque del pasatiempo ahora en proceso de restauración. Vale la pena el desvío a la cascada del Belelle, el parque Natural das Fragas do Eume con el monasterio de Caaaveiro, paraíso para senderistas, fotógrafos, y amantes de la naturaleza.
Es el más corto de los Caminos de la península ibérica, recorriendo una sola autonomía, la Gallega, y transcurriendo por una sola provincia, A Coruña, convirtiéndolo en un camino excepcional.
La división de Galicia puede resultar algo confusa para los visitantes. Los municipios se denominan concellos, que se dividen en parroquias, compuestas por lugares. Por ejemplo, uno de los albergues públicos de la Xunta está en el lugar de Hospital, parroquia de Bruma, concello de Mesía. Presedo pertenece al concello de Abegondo y Sigüeiro pertenece al de Oroso. Esta vinculación no siempre se muestra con claridad.
Trazado del Camino en Miño
El trazado del camino por el concello de Miño es de unos 10 km. aproximandamente.
Entra en Miño por Buiña, con el conjunto de su fuente, con el lavadero y una pequeña área recreativa. Pasa por la zona boscosa paralela a una de las fases de la urbanización Costa Miño. Discurre por el campo de golf y cruza por el puente sobre la autopista. Al pasar Viadeiro encontramos el hermoso puente medieval de Ponte Baxoi, que gracias al proyecto Life Water Way ofrece al peregrino agua potable. Tras cruzar nuevamente por debajo la autopista, nos introducimos en las espectaculares marismas de río Baxoi, una de las joyas de la Reserva de la Biosfera Marismas Coruñesas e Terras do Mandeo. Desde aquí entramos en la zona urbana de Miño por la calle Regueiro. Al llegar a las pistas de Rabazal disponemos de otro punto de agua potable que da nombre a la rúa fonte.
La calle real es el punto más cercano a los diferentes servicios que ofrece esta población. Desde aquí nos dirigimos a la salida del pueblo que transcurre paralela a la línea de ferrocarril. Antes de cruzar la vía podemos disfrutar de las vistas desde el mirador de A Barrosa sobre la ría. Continuamos por la Rúa da Alameda, al lado del Pazo privado de Etcheverría, para llegar al pintoresco rincón de Ponte do Porco. En esta pequeña esquina del concello vemos desembocar el río Lambre en el mar, paralelo a la playa de la Alameda con su pequeño estuario. Si recorremos la tarima de su paseo sobre la arena, podremos contemplar uno de los eucaliptos más antiguos de Galicia.
Luce en el centro de Ponte do Porco el Monumento de los Andrade, que acaba de cumplir su primer centenario. En el cercano puente de Ponte do Porco se ubica la leyenda del valiente Roxin Roxal y su amada Tareixa.
El camino continúa ahora paralelo al río Lambre, hasta cruzarlo por el puente medieval del Lambre, perteneciente ya al concello de Paderne. Este río, como tantos otros, hace de frontera natural entre ambas entidades.
Aquí los peregrinos abandonan el municipio de Miño para continuar sus andaduras hacia Compostela.
¡Buen Camino!
Useia et Utreia
Ponte Baxoi
Fray Martín Sarmiento cita en su viaje a Galicia en 1745, la parroquia de Santa María de Miño junto con este puente en su ruta hacia Ferrol.
Cómo llegar
Monumento Ponte do Porco
En los jardines se encuentra un curioso monumento en honor a Fernán Pérez de Andrade, se trata de una cruz sobre un jabalí que simboliza el triunfo del bien sobre el mal. Existe una preciosa leyenda que cuenta que sobre este puente, Roxín Roxal degolló con su daga al jabalí que mató a su amada Tareixa.
Cómo llegar
Marismas Río Baxoi
Alberga numerosas especies que utilizan las marismas para anidar o reponer fuerzas durante los movimientos migratorios. Por lo que es común ver diferentes tipos de aves en este espacio natural.
Cómo llegar
Albergue de peregrinos (Red Pública de la Xunta de Galicia)
Garzas reales, garcetas, cormoranes y ánades están entre los visitantes habituales de esta zona húmeda. En las épocas de tránsito migratorio, primavera y otoño principalmente, diversas aves marinas y acuáticas llegan a nuestras costas desde el norte de Europa, brindándonos la ocasión de realizar interesantes observaciones. Todo un mundo por descubrir a un paso de nuestro alojamiento.
La situación del albergue nos invita a recorrer la cercana playa Grande de Miño y su sistema dunar. El centro urbano nos queda a tan sólo unos minutos andando, donde encontramos fácilmente todo tipo de servicios.
Inaugurado en 1999, estas instalaciones pertenecen a la red pública de albergues de la Xunta de Galicia. Este moderno y acogedor alojamiento está abierto durante todo el año, incluidos festivos. Con un horario ininterrumpido de 13 h. a 22 h., es de uso exclusivo para peregrinos con credencial. La admisión se realiza por orden de llegada, no admitiendo reservas.
La tarifa está establecida en 8€ que deben ser abonados en efectivo. Ofrece conexión de wifi en las zonas comunes de forma gratuita. Entre sus servicios no constan cafetería ni máquinas de autoservicio. Admite solamente perros guía y dispone de resguardo para bicicletas.
El albergue cuenta con una capacidad de 22 plazas El piso superior posee dos habitaciones, de 10 plazas cada una. Dos servicios comunes habilitados con duchas completan esta distribución.
En la planta baja se ubica la cocina de uso libre (con microondas pero sin menaje de cocina), el comedor común, dos baños (sin ducha) y la plaza accesible para personas con movilidad reducida.
En la entrada a la izquierda encontramos la lavandería que dispone de varios pilones individuales para hacer la colada y un pequeño tendal, así como lavadora y secadora de pago.
A la derecha se ubica la recepción para acoger a los visitantes.
Dispone de una zona exterior ajardinada con un pequeño banco para uso y disfrute de los peregrinos.
Su dirección es:
Albergue Público de Peregrinos de Miño
Rúa as marismas s/n
15630 Miño (A Coruña)
Teléfono 689233678.
www.caminodesantiago.gal
Coordenadas:
42º 21’ 01.7” N
8ª 12’ 30.1” W
Desde aquí podemos recorrer el arenal de la playa Grande, acercarnos a la playa Ribeira y enlazar con la Senda dos Sentidos que llega hasta Ponte do Porco, y su leyenda de Roxín Roxal ya en el Camino Inglés.